Rebirthing
En el rebirthing, integrar significa tomar conciencia de algo que anteriormente se ha despreciado o reprimido, y volver a considerarla limpiamente. En este caso lo que debe integrarse es la emoción negativa y las consecuencias que haya podido producir.
Por lo tanto, el rebirthing hará aparecer nuevamente el incidente que se había rechazado para volverlo a examinar en profundidad, para aceptar la emoción que se desprende de él y, posteriormente, librarse de su influjo. Integrar consiste en aceptar la visión de la realidad tal como es, ya que el rechazo será la causa del sufrimiento. El aceptar vivir plenamente las experiencias que se nos presenten es algo que ayuda a liberar el inconsciente, dejando de lado toda la energía contenida en el rechazo. Este es un principio fundamental en la teoría de Orr, que se halla presente en el concepto de ecuanimidad del budismo y de otras doctrinas y terapias.
De esta forma, el rebirthing sería una forma de extraer la carga emotiva que nos produzcan las propias emociones. La aceptación de dichas emociones produce de forma inmediata resultados positivos como, por ejemplo, una mayor eficacia personal; pues de este modo cada una de nuestras acciones se convierte en una decisión consciente y no en una mera reacción. Y de tal forma logramos también una mejor captación de la realidad, ya que no rechazamos ninguna sensación ni percepción, evitando así la pérdida de energía que conlleva todo rechazo.
De acuerdo a Leonard Orr, la mente utiliza una sola vía de acercamiento a la realidad, que es el pensamiento lineal. Por este motivo no puede percibir un objeto, ya sea real o conceptual, más que desde un único punto de vista. Esto constituye una de sus limitaciones, ya que de esta manera la mente no está en condiciones de conocer la realidad desde todos los ángulos, restringiéndose a tomar un fragmento que utiliza como símbolo representativo de toda la realidad. Podemos poner como ejemplo la visión parcial de una mano. En cuanto el ojo ve ese miembro, reconstruye inmediatamente todo un cuerpo al que aquella mano debe pertenecer. Y para efectuar ese proceso la mente ha de utilizar lo que se ha dado en llamar «una representación del mundo»; es decir, se vale de estructuras mentales construidas por experiencias anteriores.
Es decir, la mente crea su propia realidad partiendo de contenidos pasados y, de esta forma, considera que esa creación suya es la auténtica realidad. Para cada acontecimiento de la vida extraerá de sus recuerdos el elemento con el que construirá su interpretación del mismo. Naturalmente, esa interpretación podrá ser positiva o negativa, de acuerdo con la actitud que manifestemos, ya sea también ésta positiva o negativa.
El rebirthing es un sistema a través del cual se toma conciencia de las emociones negativas que hemos rechazado y que constituyen la base de nuestro negativismo. Unas emociones que, tras ser experimentadas, deben dejar paso a aquellas otras que se han mostrado más positivas y que representan la base de la felicidad y del bienestar del sujeto.
Por otro parte, toda situación no reconocida plenamente genera dolor. Ante tal situación, y para no sentir ese sufrimiento, el recurso de la mente es cortar el proceso de determinadas sensaciones, interrumpiendo la comunicación con el cuerpo. Para ello limita la circulación de la energía, cosa que hace restringiendo el aire inspirado, el cual constituye el aporte energético más importante. Se produce entonces un bloqueo de la respiración.
Toda vez que la mente se ve obligada a marginar o despreciar una vivencia, el cuerpo inhibirá el sistema respiratorio. Pero este mecanismo originará una serie de trastornos físicos, como la constricción de la laringe, inflamación de los bronquios, asma, tensiones musculares, etc. Es en este momento en el que Orr afirma que su método restablece un tipo de respiración libre que elimina estas estrategias represivas de la respiración y permite que puedan resurgir en la mente consciente las emociones rechazadas.
La práctica de la respiración consciente se fundamenta en un ejercicio llamado «veinte respiraciones conectadas». Consiste en una práctica muy sencilla en la que no es necesario emplear más de medio minuto, pero que según los promotores del rebirthing, es más que suficiente para aportar al cuerpo y a la mente una apreciable dosis de energía vital.
El ejercicio se realiza de la siguiente manera: se efectúan cuatro series de inspiraciones y espiraciones, respirando siempre por la nariz. Cada una de estas series está compuesta a su vez por cinco inspiraciones de las cuales las cuatro primeras son cortas y la última larga y profunda. Esas veinte respiraciones deben sucederse, de modo que formen una sola serie de respiraciones conectadas. La finalidad de las respiraciones cortas es la de acentuar la conexión y fusión de la inspiración y la espiración en círculos ininterrumpidos. Las respiraciones largas, por su parte, tienen por objetivo llenar todo el espacio que pueda producirse en la inspiración, para vaciarlo por completo en la espiración.
Leonard Orr está convencido de las ventajas que aporta su método, además afirma que el rebirthing es una solución para muchos problemas físicos y una auténtica filosofía de vida. De todas maneras también establece algunas advertencias para que los practicantes del método no caigan en una especie de euforia respiratoria. Invita a que esta respiración consciente no se haga de forma excesiva y sugiere que aunque los ejercicios se realicen de forma suave y lenta, en algunos casos pueden producirse síntomas de hiperventilación.
Generalmente estos síntomas se producen en las primeras sesiones y carecen de importancia. No son más que una defensa del organismo, habituado a mecanismos respiratorios más torpes y automáticos.
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